Estudio de casos: Alergia en ojos y dermatitis

Alergia en ojos y dermatitis

Os presento el caso de una persona que acude a consulta porque presenta una alergia en ojos y dermatitis en  párpados. Los síntomas que tiene son picor, escozor, ojos rojos y se le resecan los párpados, les falta hidratación.

Estos síntomas los tiene desde hace un año, que es cuando fue al médico y desde entonces se está medicando para ello.

En alguna ocasión ha probado a dejar la medicación, pues después de tanto tiempo con ella le está generando cierto estrés, pero los síntomas se le amplifican en cuanto lo hace.

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Su relación con el conflicto de separación

El propósito de su consulta es descubrir algún componente emocional sobre lo que le está sucediendo. Y vamos a por ello. 

Al preguntarle si alguna vez había tenido alergia en ojos y dermatitis, me comenta que sobre los 16 años también le sucedió, aunque de una forma más leve.

Como siempre, empiezo buscando en su escenario de vida en la adultez, lo que está viviendo justo antes de la manifestación de los síntomas, para ver si descubrimos el estrés que está viviendo la persona en ese momento de su vida.

Me comenta que en ese momento tiene una relación de pareja de un año y medio, pero aparece otra persona que le empieza a gustar. Comienza a sentir con esta otra persona cosas que hacía tiempo que no sentía con su pareja. Al suceder esto, entra en un conflicto interno entre lo que siente y lo que piensa sobre su pareja y las relaciones, generándole cierto estrés.

“No quiero hacer daño a mi pareja, no quiero abandonarla, no la quiero dejar”.

“Pero tampoco puedo dejar de sentir todas estas cosas por esta otra nueva persona”, “me gustaría darme la oportunidad, quiero estar con ella”.

La piel es un órgano que cubre nuestro organismo y está asociado con el contacto, con las relaciones, con las caricias y con el sentir.

En todas las consultas que he realizado sobre dermatitis, siempre aparece algún conflicto de separación que la persona no ha podido o no ha sabido gestionar emocionalmente y que finalmente le ha generado un estrés importante (bien sea una separación con padres, hermanos, amistades, parejas, incluso con animales de compañía).

En este caso, también aparece un conflicto de separación, y tiene que ver con su pareja al haber conocido a otra persona nueva. 

Por un lado quiere separarse para darse la oportunidad de sentir todas estas cosas con esta nueva persona, pero por otro lado no quiere separarse porque está condicionada por las experiencias de sus padres.

Al final, tras darle muchas vueltas a la cabeza, empieza una relación con esta otra nueva persona, pero sin dejar de estar con su pareja, construyendo así un triángulo amoroso en secreto. 

Por unos meses está saliendo con las dos personas y, aunque es lo que quería, se siente culpable y finalmente decide contárselo a su pareja. Llegan al acuerdo de que seguirán estando en la relación de pareja, pero esta vez de una forma abierta, sin compromiso de fidelidad.

Aun así no acaba de tener clara la relación con su pareja y en ocasiones hasta la siente como una carga. Sin embargo no le entra en la cabeza el separarse de ella. Es como si no pudiera hacerlo, como si no pudiera abandonarla. 

Al preguntarle dónde le resuena esto que le está sucediendo me dice que le recuerda a sus padres en su infancia. Cuando era pequeña sus padres discutían mucho y su madre le decía constantemente que se iba a separar, aunque nunca lo hizo. Ella de pequeña tenía mucho miedo de que sus padres se separaran. Bajo ningún concepto quería que sus padres se separaran y en lo más profundo de ella le pedía a su madre que aguantara en la relación. 

Este es el motivo por el que ella no se puede separar de su pareja. Está condicionada por las experiencias que tuvo de niña, y está proyectando en su pareja todo lo relacionado con la separación de sus padres.

Cuando se le pasa por la cabeza separarse de su pareja, automáticamente juzga esos pensamientos y los bloquea, porque son justamente los que vivió ella de joven con su madre, y la separación causaría un dolor emocional muy grande.  

Ahora que tiene toda esta nueva información, esta nueva perspectiva, podrá analizar esta situación que está viviendo con una nueva percepción.

Con toda esta información, le pregunto qué le sucedió cuando tenía 16 años, que es cuando le apareció la alergia en ojos y dermatitis por primera vez. Tras unos segundos pensando en silencio me dice que justamente a esa edad estaba saliendo con una persona pero que en realidad no quería estar con ella.

Me dice que era como una relación forzada y se sentía presionada a estar con él, porque su madre le decía que era un buen chico y que le gustaba para ella.

Con esta edad se le presenta por primera vez en su vida este conflicto de separación con la persona que está saliendo. Por un lado no quiere continuar con la relación, pero no puede separarse por el condicionamiento en su infancia. Y es cuando le aparece esta alergia en ojos y dermatitis.

Albert Einstein dijo: “Si no te gusta el mundo que ves, quiero que sepas que no lo puedes cambiar, más si cambias uno de tus pensamientos sobre él, cambiará tu universo”. Esta frase habla sobre el cambio de percepción, y cuando sucede, lo que antes veíamos con unos ojos, ahora lo podemos ver de una forma diferente. 

La persona que ha realizado la consulta podrá ahora cambiar su percepción sobre lo que está viviendo con su pareja y tendrá otra oportunidad para vivir lo que le sucede de una forma diferente. Podrá analizar todos esos pensamientos y sentimientos que está teniendo, para que se ponga en coherencia entre lo que piensa y siente, y finalmente decidir qué es lo que quiere hacer sin dejarse llevar por condicionamientos externos. 

Al final, este síntoma le está diciendo que se pare a sentir, a escucharse, que se ponga en coherencia entre lo que piensa, lo que hace y lo que siente, y finalmente decida lo que crea que es mejor para ella en este momento de su vida.

Hasta aquí os he relatado la consulta que realizó esta persona y toda la información relevante que sacamos en la sesión.

Lo que os pongo a continuación me lo contó meses después de realizarla.

Tras varios meses se pone en contacto conmigo para comunicarme que ya no se está medicando y que los síntomas de alergia en ojos y dermatitis remitieron. Ocurrió cuando por fin se puso en coherencia y tomó la decisión de dejarlo con su pareja. Me comenta que le costó bastante poder tomar la decisión, como que estaba demorándolo en el tiempo, pero sabía que tras descubrir toda esta información ya no había vuelta atrás, que tenía que hacer algo diferente.

Tenía miedo de hacerle daño, pero sabía que así no podía seguir por mucho tiempo y además ahora su biología le estaba avisando que estaba en incoherencia.

Por fin pudo cerrar el ciclo con esta persona y dejarlo todo en orden.

Ahora que ha cambiado su vida, está orgullosa y está mucho mejor, no solo física sino emocionalmente.

Muchas gracias por darme el permiso de publicar este caso, ya que a mi modo de verlo es muy bonito y es un ejemplo de conflictos emocionales cotidianos que se pueden solucionar cuando la persona se pone en coherencia. 

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Javier Badía – Acompañante en Bioneuroemoción® – Máster en PNL – Hipnosis – Coaching

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